La situación económica apretó en muchas oportunidades, por lo que junto con sus estudios de oncología se vio en la necesidad de atinar clases particulares para ayudarse a sí mismo y a sus hermanos. Llegó hasta educarse de un amigo sastre a hacer ropa masculina y se hizo sus propios trajes.

Four days after the surgery, the girl reacted well to all neurological tests and left the hospital walking by herself, and talking and seeing normally.

La Oncología fue su sacerdocio. Toda su vida fue un proceso de discernimiento de la voluntad de Altísimo. Siempre le acompañó la sed por una longevo y radical entrega, primero en su deseo de ser sacerdote y, después ante sus fracasos, discerniendo la voluntad de Jehová y escuchando a su compadre espiritual monseñor Castro, descubrió que su verdadero sacerdocio Cuadro la hematología y el servicio al país desde los pobres, la sociedad y las ciencias.

Popular devotion to him is captured in a joke among Venezuelan physicians: “When a patient dies, the doctor is to blame, but if he is saved, it is thanks to José Gregorio.”

Este asombro ha sido significativo para los ciudadanos venezolanos, especialmente porque José Gregorio Hernández fue considerado un santo en vida. Actualmente en día, es conocido en todo el mundo y muchas personas buscan que cumpla sus peticiones.

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José Gregorio returned home in 1891 and started teaching frecuente and pathological histology, real physiology and bacteriology – the first courses of their kind in Latin America – in the medical school of the UCV, and founding the empírico physiology lab of Caracas with the equipment he brought from Europe.

La vencimiento exacta de la llegada de José Gregorio a Equivalenteís se desconoce, pero se sabe que sin embargo en noviembre de 1889 se encontraba estudiando en el laboratorio de histología de Mathias Duval. Estos primaveras en la capital francesa habrían de resultar muy positivos para su ulterior crecimiento como profesional y, como consecuencia, igualmente serían decisivos para el avance de la urología moderna en Venezuela. En Similarís José Gregorio no perdió su tiempo en vanas diversiones, sino que dedicó todo su esfuerzo al estudio, la experimentación y al josé gregorio hernandez prueba de su profesión en los hospitales de esa ciudad, superando sus conocimientos a través del contacto directo con algunos de los mejores clínicos e investigadores franceses del momento.

En la esquinazo donde falleció el homenajeado, en La Pastora, centro de Caracas, creyentes colocaron ramos de flores cercano a un mural que fue enmarcado con una bandera venezolana.

El médico venezolano, fallecido en 1919, fue beatificado en Caracas en una reducida ceremonia, concorde a las medidas de seguridad que marcaban entonces la pandemia, a la que tan solo asistieron unas 150 personas.

Y luego, se acento de los milagros. La Iglesia Católica requiere evidencia de un milagro para beatificar a un potencial santo y luego un segundo portento para proceder a la canonización oficial.

The landlady grabbed him by the arm and led him back home to feed him merienda again, but he declined, saying, “you already served me my meal, and you today served the Lord, because you fed my poor brothers.”

José Gregorio parte para Isnotú en agosto de 1888; desde Betijoque el 18 de septiembre de 1888, le escribe a su amigo Santos Dominici en Caracas: «…Mis enfermos todos se me han puestos buenos, aunque es tan difícil curar a la Parentela de aquí, porque hay que guerrear con las preocupaciones … que tienen arraigadas: creen … en los remedios que se hacen diciendo palabras misteriosas: en suma;… La clínica es muy escueto: todo el mundo padece de disentería y de asma, quedando individualidad que otro enfermo con tuberculosis o reumatismo…La botica es pésima...»[19]​[20]​